lunes, 29 de septiembre de 2008

¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DEL CORRECTOR DE ESTILO?


¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DEL CORRECTOR DE ESTILO?

El estilo es del autor, es su manera peculiar de escribir, de usar recursos lingüísticos y literarios; el corrector no puede reemplazarlo con el suyo, por el contrario, debe preservarlo celosamente por ética profesional.

Su tarea es corregir sólo lo que transgrede las normas lingüísticas. Puede enunciarse, entonces, un primer principio rector: no tocará el texto original si su redacción es tan correcta que no lo necesita.

El segundo principio dice: no justificará vanamente su labor con sustituciones léxicas o sintácticas inadecuadas o innecesarias.

El tercer principio: siempre consultará al autor y respetará su opinión si se trata de cuestiones discutibles; la palabra del autor es la que debe prevalecer.

El cuarto principio: el corrector deberá fundamentar cada una de sus enmiendas de carácter lingüístico; si no puede hacerlo, aquéllas carecerán de valor.

No debe anotar las correcciones sobre el texto, si no en los márgenes de las cuartillas u hojas mecanografiadas; lo hará con letra clara, legible (un corrector no puede adolecer de mala caligrafía); no tachará el error del autor de manera que ya no pueda leerse, pues aquél podría disentir de él en tal corrección y querer mantener lo escrito con anterioridad.

El corrector redactor es un técnico, pero este técnico no puede dejar de ser un intelectual, un corrector de conceptos (por lo menos, los más importantes), una persona de cultura para interpretar ese texto que tiene entre sus manos y ante sus ojos, para llegar al fondo de la materia de que trata la obra, a la propiedad de las ideas expuestas y hasta a la terminología, aunque ya un experto haya hecho la corrección de concepto.

En síntesis, no se puede corregir sin entender lo que se corrige, para evitar acciones como la de aquel corrector que leyó en un texto El arpa de Noé y se dijo de inmediato: No, el arpa no era de Noé, sino de David; entonces, después de haber llegado a esta brillante conclusión, corrigió: El arpa de David y tergiversó en su totalidad, el contenido, pues el texto quedó así: El arpa de David tenía trescientos codos de largo, cincuenta de ancho y treinta de alto, un tragaluz, una puerta a un costado y tres pisos. Allí metió parejas de animales, macho y hembra, para que vivieran con él.

2 comentarios:

Catalina Zentner Levin dijo...

Mónica, te dejé un desafío en mi Blog Memorial de Silencios.

No es obligación que lo hagas, pero fijate si te interesa.

Abrazos,

Nerina Thomas dijo...

Ojalá, pudiera tenerte más cerca. Así pudiera aprender más de mis letras tan amadas. Un abrazo